Vol. 27 - Num. 106

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Flores para Algernon

Carmen Martínez Gonzáleza

aPediatra de Atención Primaria. Madrid. España.

Correspondencia: C Martínez. Correo electrónico: carmendiri@gmail.com

Publicado en Internet: 02-06-2025 - Número de visitas: 1678

  • Keyes D. Flores para Algernon. Editorial Alamut; 2019. ISBN: 978-8498891157.

La ciencia ficción surge como género narrativo en plenitud en la primera mitad del siglo XX, llamada “edad de oro” de la ciencia ficción, con autores como Isaac Asimov, Arthur C. Clarke, Aldous Huxley, George Orwell o Ray Bradbury. También se ha denominado a este género “literatura de anticipación”, debido a que autores como Julio Verne anticiparon logros científicos y tecnológicos, como los cohetes espaciales o los submarinos. Quizá la pionera del género fue Mary Shelley (1818) con su Frankenstein.

Flores para Algernon, novela que se encuadra en este género narrativo, es una espléndida obra que gira en torno a dos hechos, la discapacidad mental y los tratamientos experimentales, y a dos protagonistas, Charli Gordon y Algernon.

Daniel Keyes escribió esta obra en 1959 inicialmente en forma de relato corto para una revista del género y posteriormente como novela. Ambas versiones le hicieron ganar los premios Hugo y Nebula, los más prestigiosos en su campo.

Su gran protagonista es Charli, un hombre de 32 años con una discapacidad intelectual que vive en una institución y trabaja en una panadería. Anhela “ser listo”, le gusta aprender y es el mejor alumno de la clase de adultos. Todo confluye para que sea el candidato perfecto a una cirugía experimental a la cual es sometido después de que tuviera un éxito espectacular en un ratón llamado Algernon.

A Charli también le gusta escribir. “Le e dicho al doctor Strauss y el profesor Neuman que no se bien escrebir pero dise que no importa que debo escrebir igual que ablo”. Este párrafo pertenece al primero de los “informes de progreso” que Charli escribe durante toda la novela. Los informes que documentan el paulatino aumento de su inteligencia, hasta llegar a dominar perfectamente la escritura y muchas otras áreas del conocimiento, son diarios que recogen su evolución afectiva, la recuperación de la memoria de su infancia (la conflictiva relación con sus padres y su hermana) y cómo inevitablemente tiene que resignificar sus antiguas relaciones de amistad.

La intervención dota de una inteligencia muy elevada a Charli, pero también provoca cambios afectivos que le obligan a aprender a relacionarse como adulto con sus iguales, incluidas las mujeres, aprendizaje que resultará difícil y en muchas ocasiones doloroso.

La historia recuerda al mito o alegoría de la caverna de Platón: Charli viviendo en el mundo de las sombras ininteligibles antes de pasar al mundo real, con sus propias sombras. Pero también recuerda el paso de la niñez a la edad adulta a través de una traumática adolescencia. El autor toca en este relato casi todos los grandes aspectos de la vida: las relaciones familiares, la inteligencia, la soledad, el amor, el dolor, la madurez, la discriminación, la inocencia, la amistad, la ciencia, la muerte… atravesados por la discapacidad intelectual vista desde fuera (familia, ciencia) y vivida desde dentro: “antes también era persona… es como si Charli Gordon no existiera antes del experimento”.

Pero más allá de interpretaciones trascendentes, es una obra intemporal, con el sabor de los clásicos, muy bien escrita y con un atractivo y absorbente argumento. Una novela merecidamente premiada, muy recomendable para cualquier aficionado a la lectura, aunque no se haya acercado nunca a la ciencia ficción.