Vol. 27 - Num. 106
Cartas al director
Javier Bernabeu Sendraa, Ofelia Bardález Pérezb, Cristina Morcillo Martínezb
aPediatra. CS Roís de Corella. Gandía. Valencia. España.
bMIR-Pediatría. Hospital Francesc de Borja. Gandía. Valencia. España.
Correspondencia: J Bernabeu. Correo electrónico: javibernabeu4@gmail.com
Cómo citar este artículo: Bernabeu Sendra J, Bardález Pérez O, Morcillo Martínez C. La especialidad de Pediatría sigue teniendo interés para los residentes, ¿pero menos que antes? . Rev Pediatr Aten Primaria. 2025;27:e5-e7. https://doi.org/10.60147/a8442efa
Publicado en Internet: 09-06-2025 - Número de visitas: 3230
Sr. Director:
La adjudicación de plazas MIR (médico interno residente) para la convocatoria del presente año 2025 parece volver a poner de manifiesto que la especialidad de “Pediatría y sus áreas específicas” perpetúa su retraso en la elección de las plazas ofertadas.
Los medios de comunicación generalistas han reseñado dicho fenómeno en diversas ocasiones. Hace un par de años se podían leer titulares como Los médicos con las mejores notas MIR ya no quieren ser pediatras: así se “desinfla”la especialidad1; y este año se repiten en términos parecidos: El descalabro de la Pediatría en España: por qué solo ocho de los 500 mejores médicos del MIR eligen ya la especialidad o Los primeros MIR ya no quieren Pediatría: “Las nuevas generaciones no están dispuestas a pasar por lo que antes aceptábamos”2,3. En dichos artículos se puede observar la tendencia descendente en la elección de plazas de la especialidad pediátrica entre los primeros aspirantes de las convocatorias MIR de los últimos años.
En esta revista, no obstante, el artículo publicado en junio de 2024 bajo el título La especialidad de Pediatría sigue teniendo interés para los residentes parecía presentar un análisis más optimista de los hechos. Dicho artículo, cuya lectura primera se recomienda para entender mejor la presente carta, analizaba principalmente el retraso en la elección de la última plaza de Pediatría en las recientes convocatorias, aunque atribuía parte de ese fenómeno al incremento de plazas ofertadas. También se exponía la evolución creciente del porcentaje de candidatos que no podían escoger la especialidad por haberse agotado antes de su turno de elección, y el predominio de la Atención Primaria en las salidas laborales para los futuros especialistas4.
Una vez disponibles los resultados de la adjudicación de plazas de la última convocatoria del examen MIR (2025), la elección de “Pediatría y sus áreas específicas” entre los 1000 primeros aspirantes ha sido la más baja de las últimas convocatorias, al menos de las últimas 22 (datos consultados desde la convocatoria del año 2004). En concreto, solo 37 aspirantes del primer millar de clasificados han elegido la especialidad en cuestión, cuando en 2020 lo hicieron 79 o en 2015 hasta 140 aspirantes5-7. Queda, por tanto, patente que para aquellos aspirantes que pueden elegir entre un mayor número de especialidades por no haberse agotado aún la mayoría, la Pediatría ha perdido capacidad de atracción (Figura 1).
No se trata de aplicar un enfoque elitista a este fenómeno, tal y como a nuestro parecer se ha hecho ocasionalmente en la prensa generalista. Ninguna prueba ni examen, y probablemente menos aún un examen de tipo test, puede determinar quiénes son “mejores médicos”, pues en el óptimo ejercicio de la medicina participan un conjunto de habilidades, tanto humanas como profesionales, que difícilmente pueden ser evaluadas mediante un simple examen. La reflexión que se propone en esta carta, a la vista de los datos arriba expuestos, es que se deben abordar los motivos por los cuales la especialidad de “Pediatría y sus áreas específicas” ha perdido atractivo respecto otras especialidades.
La práctica de la Pediatría precisa de un componente vocacional significativo, diferente al necesario en otras especialidades. Ya en los tratados pediátricos del siglo XX se hacía énfasis en que el buen pediatra no solo debía disponer de una buena destreza técnica, sino que debía poseer aptitudes como la serenidad, la comprensión, la paciencia o la sensibilidad8. Sobre dicho componente vocacional difícilmente se pueden aplicar medidas que repercutan en esta pérdida de atractivo de la especialidad. Es, por tanto, a nuestro parecer, sobre los aspectos organizativos laborales y en la garantía de una adecuada calidad de vida con un desarrollo profesional pleno donde se podría incidir para cambiar la visión de la especialidad que puedan tener los futuros residentes.
Diferentes retos se plantean para el presente y futuro de la especialidad: la potenciación de la Pediatría de Atención Primaria, el reconocimiento de las subespecialidades o la mejoría en las condiciones de la atención continuada. Todos estos retos, y otros que se hayan podido obviar en la presente carta, son conocidos por las diferentes asociaciones pediátricas de nuestro país y se han puesto de manifiesto a las autoridades pertinentes. Queda, pues, buscar el consenso entre los profesionales de la Pediatría para afrontar estos retos dentro de nuestras posibilidades e intentar que no deterioren, o no sigan deteriorando, la capacidad de seducción de la especialidad entre los futuros pediatras.
En resumen, la tendencia observada en las últimas convocatorias MIR respecto a la elección de plazas de “Pediatría y sus áreas específicas” resulta preocupante. Se hace necesario abordar los desafíos a los que se enfrenta la Pediatría en nuestro país, para intentar que aquellos aspirantes que presenten vocación pediátrica puedan decantarse por la especialidad sin encontrarse cohibidos por condicionantes adversos de tipo laboral o de falta de una adecuada calidad de vida.
Los autoras declaren no presentar conflictos de intereses en relación con la preparación y publicación de este artículo.
Contribución de los autores: redacción principal del manuscrito (JBS), aportaciones al manuscrito, revisión y corrección del texto (OBP, CMP).
MIR: médico interno residente.